¿No es el amor un cerco de sangre?
¿No es inhumano y maldito?
¿No es la víbora en el corazón,
el amuleto de los desesperados,
la Circe de los celos,
el Cupido sordo,
el amasijo de dardos contra la razón?

¿No es el amor
-cuando se vierte-
una constante onda a los sentidos,
un vacío en el cuerpo llenándose de fugas,
la verdad que se nos miente,
el engaño que nos ama?

¿No es la esencia
y el dolor.
No es el amor el quiebro
y la carencia,
la eternidad
y la fruta?

¿No es el amor, no es?

¿No es la oscuridad de las manos,
deseándose.
La fortuna en dulce,
el acecho de los corazones con escarcha,
un pedazo de viruta
para los regalos,
el enésimo salón de la alegría?